En esta parte del blog vamos a hablar un poco de
las personas que constituyen nuestra ciudad. “Los Invisibles” no
son mundialmente conocidos, son ciudadanos de Braga que tienen una
vida normal y que llevan su vida por las calles de la actual Bracara Augusta.
Hoy vamos a conocer un poquito mejor al Señor
Bigotes, como es conocido Xavier da Silva, dueño de una de las
barberías más antiguas de la ciudad de Braga. Esta
peluquería se sitúa en Rua de São Marcos, en frente de uno de los cafés
más conocidos de la ciudad: A Brasileira (La Brasileña, en español).
¿Desde qué edad trabaja en esta área?
- Entonces... ¿usted abrió esta barbería?
No fui yo, fue otra persona hace ya mucho
tiempo. Pero yo estoy aquí desde hace 42 años.
- Entonces, ¿su padre ya había trabajado aquí?
Mi padre no, pero otras personas de mi familia sí.
- ¿Cuántos años tiene esta barbería?
Esta barbería es centenaria, tiene más o menos
105 años.
- ¿Cuál fue la persona más importante a quién cortó
el pelo?
La persona más importante es este señor que está
aquí y es de Sequeira (una parte de Braga)… je je ¡Estoy bromeando! Es difícil decir quien
fue la persona más importante... Corté el pelo a muchas personas. Esta es una barbería de curas pero también he cortado el pelo a
algunos políticos de Braga.
Sí, es un arte bonito, agradable y donde se conoce
a muchas personas.
La iniciativa no fue mía, fue de mi fallecida madre. Pero a mí me gustó el arte y aquí me quedé.
- Entonces ¿este ya es un negocio familiar?
El propietario anterior no era de la familia pero
yo tengo aquí a mi hijo y mi nieto trabajando. Esto va a ser un negocia que
pase de generación en generación.
- Y la crisis, ¿ha afectado a este
negocio?
No, no ha habido crisis en esta casa. Hay personas
que se quejan mucho pero nosotros no. Siempre fue una barbería con mucho
trabajo. No es necesario sólo saber cortar el pelo, es preciso
saber tratar a los clientes, saber conquistarlos. Es cierto que tenemos
una buena cartera de clientes y eso tenemos que valorarlo.
No, no. ¡Ni pensarlo! Me gusta mi trabajo y con la
edad que tengo, deseo terminar aquí.
- Y… ¿Alguna vez se confundió al cortar al pelo a
algún cliente?
Mira, iba ahora a cortar la oreja aquí a este
señor... ¡Estaba bromeando! No, eso nunca me sucedió.
-¡Gracias por su tiempo!
-¡Gracias por su tiempo!
Sem comentários:
Enviar um comentário